sábado, 2 de noviembre de 2013

Estambul


Hoy voy a hablaros de una de las ciudades que más me ha gustado de las que he visto por ahora.
Era el punto de partida de un crucero por Turquía y las Islas Griegas, y he de decir que me supo a poco no, a poquísimo. Al ser el lugar de embarque, supuestamente contábamos con una tarde y una mañana, pero no. Se redujo todo a una mañana, y ni siquiera: sólo a unas pocas horas. Así que fue todo muy rápido y, sin embargo, quedé encantada.

Es una ciudad preciosa y totalmente distinta a lo que estamos acostumbrados y que no os va a dejar indiferentes.

plano-estambul

Nosotras comenzamos la mañana... muy de mañana: a las 7 estábamos saliendo del barco (teníamos que estar de vuelta a las 12, 30 o nos dejaban en tierra). Entonces la cosa era: "¿Y ahora cómo vamos al centro?". La verdad es que no lo habíamos pensado mucho. Pero, como en toda ciudad turística, las personas que viven de este sector van dos o tres pasos por delante de los viajeros, así que había dos taxis esperando a la salida del barco. Éramos 7, y lo suyo era que cogiésemos los dos, pero no nos apetecía que nos timaran ni estábamos en condiciones de ponernos a regatear en un idioma totalmente desconocido. De tanto pensarlo, uno de los taxis se fue y el que quedó nos dio la única opción: las 7 en un taxi. Total, 8 personas en un coche normalito. Y ¿cómo fue? Pues así:

taxi-estambul

Y todo por el "módico" precio de 10€. Si lo piensas, no fue nada barato porque el trayecto era corto, duró más o menos 10 minutos, pero no teníamos tiempo ni mejores opciones.
En nada estábamos en la Plaza Sultanahmet, en medio de la mezquita más famosa de Estambul (la Mezquita Azul) y de Hagia Sophia.

Si no os apetece coger taxis para todo, una de las mejores formas de moverse por la ciudad es con el tranvía. La línea 1 recorre todos los puntos más importantes y el viaje cuesta un 'jeton', que es como una ficha que introduces en los tornos (lo que viene a ser como un billete sencillo de nuestro metro), y cuesta 3 liras (= 1,10€). Si vais a estar poco tiempo en la ciudad, podríais utilizar esta opción. Si vais a estar más, está la posibilidad de la tarjeta Istanbulkart (Ir a Istanbulkart).

Y, por supuesto, siempre queda la opción de ir andando que, sinceramente, suele ser lo mejor mientras haga buen tiempo y las distancias no sean excesivamente grandes y, en esta ciudad, eso no pasa. 

Antes de continuar tengo que hablar sobre la moneda. Su moneda es la lira turca, pero cuando yo fui te aceptaban el euro para pagar en el Gran Bazar, por ejemplo. En ese tiempo era mejor cambiar y pagar en liras que en euros porque, al cambio, si pagabas en euros, salían ganando ellos. Ahora no sé como está el valor, pero decir que, igualmente, se lleva el regateo.

Comienzo pues por la Mezquita Azul. La entrada es gratuita, y es muy bonita. Advertíos de que tenéis que entrar tapados. Hace 4 años nosotras entramos tal cual, íbamos con ropa de manga larga y demás porque era primavera pero seguía haciendo fresco, así que no nos dijeron nada. Pero ahora me parece que te hacen cubrir el pelo también. Y los hombres no pueden pasar ni con pantalones bermudas largos. 
Si vais preparados, bien. Si vais cuando hace un calor que te mueres y pasáis de ir tapados todo el día hasta el cuello, allí os darán como unos "chubasqueros" de tela. Y debéis entrar descalzos, eso sí. Todo el mundo. 
Una vez dentro, admirar la grandeza del lugar.

mezquita-azul-ext

mezquita-azul-int

La siguiente parada es Ayasofia o Hagia Sophia o Santa Sofía. Es un símbolo de la ciudad y creo que una visita imprescindible. En su origen fue una basílica, mandada construir por el emperador romano Constantino El Grande. Pero años más tarde acabó quemada y derrumbada en gran parte, por lo que tuvo una primera reconstrucción por parte del emperador Teodosio II. Igualmente, esta segunda iglesia también fue destruida y tuvo una nueva reconstrucción en el siglo VI d.C., ordenada por el emperador Justiniano I, quien la hizo mucho más grande y más magnífica. 

Hagia Sofia

Sobrevivió como basílica hasta el siglo XV, pues en 1453 d.C., el sultán Mehmed la convirtió en mezquita y ha permanecido como tal hasta 1935, año en que se abrió al público, no ya como basílica ni como mezquita, sino como museo. Por tanto, para entrar no os van a poner condiciones de vestimenta, si bien la entrada no es gratis, cuesta como unos 9€. 

Ya no es un lugar de culto, así que no está dispuesto como tal. Tal vez os sorprenda lo vacía que está la planta, como me pasó a mí al principio. Pero es tan gigante, todo a lo grande, tan bonito y con tanta historia ahí dentro, que se te olvida. De verdad que os animo a entrar. Eso sí, hacedlo pronto, sobre todo en temporada alta, porque se suelen formar colas.

Os dejo el enlace a la página Web en donde podéis hacer una visita virtual de esta basílica-mezquita-museo. ¡La velocidad del vídeo puede marear un poco al principio!



Continuamos recorrido. Al lado del museo Hagia Sophia se encuentra la Cisterna Basílica. Yo no estuve, pero si tenéis tiempo, ¿por qué no? Está cerquísima de Santa Sofía y podéis contemplar el lugar donde se almacenaba, y se almacena, el agua para el suministro de la ciudad (cuenta con una capacidad de unos 100.000m3 de volumen). 


Es un pequeño remanso de paz y silencio dentro de la bulliciosa y activa Estambul. La ruta turística se hace por unas pasarelas sobre el agua (antes, el paseo se tenía que hacer en barca) y la entrada cuesta 10 liras (que son poco más de 3,5€). Fuentes fiables me recomiendan la visita. ¡Queda a vuestra elección!

Pero lo que no os podéis perder por nada es el Gran Bazar. Y si tenéis tiempo, el Bazar de las Especias (no están situados juntos). 
El Gran Bazar está a unos 15' andando (según Google), desde Santa Sofía. Pero yo recuerdo haber tardado menos. No me acuerdo de por qué calles fui ni de sus nombres, pero hay carteles que indican. Sino, siempre quedará Internet en el móvil, para los privilegiados; o el típico plano de la ciudad para los más tradicionales. 

Consejos antes de entrar:
  • No tiene una única entrada o salida. Tiene 22
    plano-gran-bazar
  • Por dentro es enorme y parece un laberinto. Imaginaos que es como un pequeño barrio con sus calles, pero cubierto. Con lo cual, si camináis por una "calle principal" y decidís meteros por una lateral para investigar o porque hayáis visto algo que os llame la atención (¡que serán muchísimas cosas!), mi consejo es que: o tengáis una orientación increíble (o vayáis con alguien que la tenga), o que en cuanto terminéis de ver lo que os gustó, volváis sobre vuestros pasos en vez de seguir callejeando. Porque perderse es más fácil de lo que puede parecer.
  • Deciros también que no lo recorreréis entero. Primero porque es inmenso y debéis contar con tiempo de sobra. Segundo, porque llegará un momento en que estaréis tan cansados que querréis salir de ahí pero ya.
    interior-gran-bazar
    Consejo: si tenéis varios días, visitadlo en pequeñas dosis, entrando por diferentes puertas cada vez, por ejemplo.
  • Regatear les encanta, se lo pasan genial. Y, realmente, ¡es muy divertido! Pero siempre van a barrer para casa todo lo que puedan, así que cuanto más dinero os puedan sacar por algo, mejor. Tened cuidado de que no os timen con los cambios de liras a euros y viceversa.

Dentro del bazar podéis encontrar de todo. A mí me entusiasmó. Quería meterme por todas las calles y ver todos los puestos y llevármelo todo. Porque todo tiene muchísimo colorido, y brillante, y son cosas preciosas...¡y se te van los ojos sin querer! Volvería a Estambul sólo por disponer de más tiempo para recorrer el Bazar.

gran-bazar

Desgraciadamente mi vista de la ciudad concluyó con el bazar. Curioso fue que, al salir de allí y desandar el camino hecho a la ida para coger otro taxi, nos encontramos con el taxista que nos había traído. Era todo un personaje, muy alegre, muy espabilado, y nos consiguió otro viaje de vuelta al barco en las mismas condiciones y por el mismo precio. Toda una experiencia, porque no lo dije antes, pero tampoco conducen muy bien, les da un poco igual todo.

Sin embargo, Estambul tiene más lugares que no deberíais perderos, como es el Palacio Topkapi. Se encuentra situado en la cima de la colina, y se sube por detrás de Santa Sofía. Tiene unos 700.000m2 de superficie y entre sus muros se encuentra alojado el Museo Arqueológico de la ciudad.

palacio-topkapi

Se visita el palacio como tal, donde se incluye la visita al Tesoro; y el Harén. Pero la entrada es independiente: para entrar al palacio cuesta 25 liras y para entrar al harén, 15 liras (unos 5€). Dentro de las reliquias que guarda el Tesoro se encuentran: el tercer diamante más grande del mundo, llamado diamante cucharero, que pertenecería a la madre de Napoleón; y el puñal topkapi, elaborado con oro, diamantes, esmeraldas y otras piedras preciosas, lo que lo convierte en el puñal más caro del globo. 

puñal topkapi

También tenéis la Torre de Gálata, que es el punto más alto de Estambul, aunque sólo tenga una altura de poco más de 60m. Desde ella podréis obtener las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
No destaca por su altura, pero sí por su diámetro que es de más de 16m. por el exterior y casi 9m. en el interior (en la base de la torre), lo que da lugar a unos muros de un grosor ¡de casi 4m.!
La entrada cuesta 10 liras y, si os veis poderosos, incluso podéis cenar en la última planta con espectáculo incluido por 65€ más o menos. 
A esta torre llegareis cruzando el Puente Gálata utilizando el tranvía (línea 1-Karaköy) y luego podéis ir andando o tomar el funicular de Tünel.

torre-galata

Como veis, puede parecer una ciudad pequeña, en la que puedes moverte prácticamente andando, pero que tiene muchas maravillas por descubrir. Es uno de los destinos que tengo pendientes de regresar. Si tenéis la oportunidad de dedirarle al menos 2-3 días, os llevaréis un gran recuerdo.


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Vista de Estambul desde el Puente Gálata


¡Que lo disfrutéis! ¡Nos vemos la semana que viene!  

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