Y continúo en Roma, hoy ya finalizo hablando de la Roma antigua o clásica.
Dentro de esta parte de la ciudad se encuentra el Capitolio (es una colina en la que se encuentran los Museos Capitolinos), el Coliseo, el Foro y el Palatino, el Foro de Trajano y el Circo Massimo
Todas estas cosas están muy cerca, se concentran en torno a la Via dei Fori Imperiali (Calle del Foro Imperial) y Via di San Gregorio.
Es la mejor imagen que encontré para intentar situaros.
Consejo antes de comenzar: si es un día soleado llevad gafas de sol, gorro/a o sombrero y si pensáis estar en manga corta o de tirantes... cremita, porque el sol te pega a base de bien. Y tened en cuenta que no vais a estar bajo cubierto a penas nada. Por tanto, si por el contrario hace fresquete o puede llover... chubasquero y ropa de abrigo, porque ya digo que estaréis al aire libre todo el tiempo (salvo si decidís entrar a los Museos Capitolinos).
Nosotros comenzamos la visita en el Coliseo. Fuimos andando, para variar, pero tenéis justo al lado la parada de metro (Colosseo - línea B o azul). La entrada son 12€ por persona, pero es un ticket conjunto para el Coliseo, el Foro y el Palatino. Así que procurad no perderlo ^^
Os aconsejaría ir primero al Coliseo, más o menos pronto, porque las colas para comprar la entrada serán menores que las que tendréis que esperar para comprarla en la entrada del Foro. Por supuesto, también vais a encontraros con muchísimos grupos turísticos, y al ser un espacio limitado, lo notareis. Pero la ventaja es que como estáis al aire libre, la sensación de agobio será menor.
Una vez que os hayáis hecho con la entrada... sois libres de disfrutar del monumento a vuestro gusto y el tiempo que queráis. Preveniros de que vais a ver restos arqueológicos y arquitectónicos. No son museos que estén super decorados y megabonitos. Aquí lo maravilloso es transportarse a la época y en vez de ver solo piedras, imaginar que entre esos pilares subía una rampa de la que se levantaba una trampilla en la arena por la que salía una bestia a la que se tenía que enfrentar un gladiador, o dos, o varios... Y entonces es cuando te quedas callado y piensas: "hoy nos entretenemos con un aplicación de un dispositivo móvil que funciona con pila, hace mil años se entretenían viendo morir a gente (entre otros espectáculos)... las cosas cambian, asumámoslo".
En ese momento empiezas a disfrutar de donde estas, cuando comprendes lo que ves, para lo que se hizo el monumento y cómo se consiguió construir.
Porque hay paneles que te explican los mecanismos y las técnicas de las que se valieron para erigirlo.
De varias personas he oído decir que el Coliseo no es para tanto... como siempre, es cuestión de cada uno. A mí me gustó mucho. Quizá porque ya tenía una valoración negativa y puede que fuera con las espectativas bajas, el caso es que no me decepcionó.
En sus orígenes no se le llamaba Coliseo (denominación que se le puso en el siglo VIII porque en ese entonces estaba cerca la gran estatua de Nerón, representado como el dios Sol [Coliseo = Coloso]), sino que era el anfiteatro Flavio, pues fue bajo el imperio de esta dinastía que comenzó a construirse en el año 72 d.C por el emperador Vespasiano y se terminó bajo el mandato de su segundo hijo Domiciano en el 82 d.C.
Tenía una capacidad para 50.000 personas y constaba de 4 pisos. Pero eso solo se puede apreciar en una parte del anfiteatro. Su máxima altura era de 50m y su circunferencia tiene una longitud de 527. ¡Casi nada! Pero las catástrofes naturales, como terremotos, y, sobre todo, la mano del hombre, no han hecho posible que se haya conservado muy bien este monumento hasta el siglo XIX en que se empezó a reconstruir y proteger.
Como curiosidad, desde el año 2000, el Coliseo se ilumina cada vez que se anula una sentencia de muerte en cualquier parte del mundo.
Una vez que salgáis, no podéis volver a entrar. El ticket que tenéis vale una vez para cada cosa. Pero bueno, una vez fuera, al lado tenéis el Arco de Constantino, que data del 312 d.C. Nosotros lo vimos con andamios y demás así que perdió un poco el encanto. Pero la imagen que he encontrado refleja muy bien lo turístico de la zona
Desde ahí viereis carteles que os indican la entrada o bien al Palatino o bien al Foro.
Nosotros optamos por el Palatino e hicimos bien, porque una vez dentro todo está comunicado, pasas de la zona del Palatino al Foro sin salir del recinto, y luego salimos por el Foro, prácticamente al lado del Foro y del Mercado de Trajano, en la Piazza Venezia, por donde hay más opciones para comer y estás más cerca de todo que si sales por la entrada al Palatino.
Lo dicho, fuimos hacia la entrada y como ya llevábamos ticket pasamos por los tornos directamente, no tenéis que hacer la cola. Una vez dentro, también podéis empezar por donde queráis. Preparaos para andar y patear. Ese día ya estaba hasta de mal humor. Del cansancio que arrastraba de toda la semana, de no haber parado de andar en dos días, de tener que seguir andando con todo el "solipán" en el cogote y el calor que hacía...¡me desesperaba! Pero es lo que tienen los viajes.
Ah, consejo: dentro del recinto hay fuentes, potables y con agua fresca. Si lleváis una botella la podéis rellenar, porque dentro os encontraréis a personajes demasiado espabilados que te van a vender botellitas de agua. De forma ilegal totalmente, así que hacen buen negocio. Porque si las compráis en los puesto que hay alrededor de las ruinas... os vais a dejar sin riñón. Así que...una botellita cada uno que podáis recargar ¡y listo!
El Palatino es la más celebre de las 7 colinas de Roma porque está directamente relacionada con la "leyenda" de Rómulo y Remo ya que se han encontrado restos arqueológicos que podrían ser los que apoyen la teoría de la existencia de los hermanos y la fundación de la ciudad.
Paseareis por ruinas arqueológicas que durante la república fueron un barrio residencial, pero que durante el imperio fueron las residencias imperiales. Y menudas residencias tendrían.
La verdad es que acababa de leerme "Yo, Claudio" y me imaginaba a Augusto y a Livia por ahí andando e intrigando. Y a toda su familia, y resultó curioso y entretenido, desde luego.
Dentro de la zona que es el Palatino también hay un museo al que podéis entrar gratuitamente, no tenéis que pagar de nuevo. Contiene restos arqueológicos y demás, para que no estén a la intemperie.
Y luego continuamos caminando hasta toda la zona del Foro. Es inmenso. Todo. A pesar de los pocos restos que quedan sabes que debió de ser todo magnífico y a lo grande. Os pongo el plano de toda la zona del Foro, con los diferentes templos y demás edificios.
Lo he escaneado de la guía que me regaló mi amiga italiana y espero que más o menos os sirva para haceros una idea, aunque la imagen no sea excelente. Como veis, tenéis para rato. Echáis la mañana entera en ver Coliseo y Palatino y Foro. Y creedme que aunque tuvierais más tiempo, tampoco lo querríais. Acabé con unas ganas locas por pillar una silla y sentarme un buen rato seguido.
Así que terminamos la visita y nos fuimos a comer. Al lado teníamos el Foro y la Columna de Trajano. Y fuimos tontos. Porque podíamos habernos colado sin pagar para ver el museo del Mercado, después de comer, porque cuando entramos no había nadie que nos pidiera entrada o nos impidiera el paso.
Pero como estábamos reventados decidimos ir al hotel a echarnos la siesta y descansar y volver antes de que cerrasen.
Pues cuando volvimos ya había una mujer pidiéndonos ticket. Así que nos quedamos sin ver el Mercado de Trajano, por dentro. Porque el exterior, el foro y la columna están a la vista de todo el mundo. La entrada creo que eran 6,50€.
En el mercado hubo 150 tiendas, en 3 pisos. Las que se encontraban en la planta de abajo eran las más importantes pero también las que mayor alquiler pagaban. En las de los pisos superiores solían estar, por ejemplo, las tiendas de libros.
Con respecto al foro, es el más grande de todos los foro imperiales y está delimitado por el Mercado de Trajano, por la Basílica Ulpía y por el foro de César.
El lugar de la Basílica Ulpía se reconoce por los restos de sus columnas que separaban las 5 naves. Y detrás de ella había dos bibliotecas, una griega y otra latina, a ambos lados de la Columna de Trajano. La columna consta de 155 escenas esculpidas que narran las victorias de Trajano, en formato rollo. Si os dais cuenta, la columna tiene forma de rollo, como los papiros, que era como se escribía en la época. Era el libro de nuestros días solo que para ellos, en vez de ser rectangular, era cilíndrico.
La estatua de Trajano que coronaba la columna fue sustituida por una estatua de San Pedro. Por qué no nos sorprenden ya estas cosas a estas alturas.
Antes, en el interior de la columna estaba la urna de oro con las cenizas de Trajano. Pero en épocas de hambre... lo mismo da qué contenga un recipiente de oro, el caso es que es de oro. Así que un ladrón decidió llevársela. Hoy hay una escalera.
Bueno, Roma queda terminada. Soy consciente de que faltan bastantes cosas de las que hablar, así que espero que tengáis más tiempo que yo y podáis disfrutar de todas y cada una, sin prisas, con descanso y como es debido.
¡Arrivederci Roma!