Por tenerla más reciente y ser una de las ciudades que más me ha gustado, comenzaré hablando de Florencia. Esta ciudad, cuna de los Médici, es tan sencilla como preciosa.
Muchos
ya conoceréis las típicas cosas que la caracterizan, pero para los que no, aquí
van.
No
comienzo hablando de monumentos, esculturas, obras de arte (aunque hay quien
los puede considerar así)… Os empiezo a hablar de los gelati florentinos. Sin duda, los más ricos que he probado hasta la
fecha. Tenéis heladerías por todas partes, pues es muy típico y, más que nada,
porque apetece ir paseando por todo el centro histórico comiéndote un rico
helado artesanal de mango y yogur, por ejemplo. Una de las más conocidas, en
una callecita al lado de la Iglesia de Santa Croce, es la heladería Vivoli (Vivoli, gelateria fiorentina artigianale)
Otra
de las cosas que me llamó la atención y me gustó mucho es lo concentrado y
cerca que está todo. Es una ciudad más bien pequeña y en un solo paseo puedes
ver la mayoría de los sitios turísticos como el Duomo y su “plaza”, la Piazza
della Signoria, la Galleria degli Uffizi o el Ponte Vecchio. Todo ello
caminando por las calles más céntricas y comerciales y sin la molestia de los
coches. ¡Otro punto a favor!
A parte de caminar, una opción muy buena que hay es la de coger una bici. Es una ciudad en la que parecía haber tantas bicicletas como coches y motos. Y, por desgracia, hay que tener el mismo cuidado tanto con unas como con otros. Porque en España podemos quejarnos de algún que otro degenerado/a al volante, pero allí nos ganan con creces. ¿Un consejo para cruzar la calle? Tener mil ojos y UTILIZARLOS y ser valientes. Si esperáis a que os cedan el paso en un paso de peatones…lo lleváis claro. Consiste en mirar, ver que te da tiempo empezar a cruzar sin que el atropello sea inminente y meterte en el paso de peatones. Una vez que te vean frenarán, si preferís esperar, bueno… podéis esperar sentados.
Quizá
en Florencia no se note tanto por eso de que por el centro antiguo muchas calles
son peatonales, pero en Roma es brutal.
Igualmente interesante es lo que en Italia (extiendo mis límites a todo el país) llaman il coperto. Esto es: te cobran casi hasta por respirar. Da igual que el restaurante, la trattoria, la tavola calda¸ la cafetería o la heladería sea mejor o peor, si te sientas dentro del local a consumir lo que pidas, generalmente te van a cobrar por servírtelo. Suele estar indicado en la carta o en la lista de precios. La cantidad que te cobren por el servicio que te prestan es la diferencia entre un tipo u otro de restaurante: puede ser 1€, 2€, el 10%... Y siempre va a ser por persona. Un café normal de 1,20€ se puede convertir en 2,20€ por darte el lujo de sentarte. Otro consejo en el caso del café o del helado: pedirlo para llevar.
Igualmente interesante es lo que en Italia (extiendo mis límites a todo el país) llaman il coperto. Esto es: te cobran casi hasta por respirar. Da igual que el restaurante, la trattoria, la tavola calda¸ la cafetería o la heladería sea mejor o peor, si te sientas dentro del local a consumir lo que pidas, generalmente te van a cobrar por servírtelo. Suele estar indicado en la carta o en la lista de precios. La cantidad que te cobren por el servicio que te prestan es la diferencia entre un tipo u otro de restaurante: puede ser 1€, 2€, el 10%... Y siempre va a ser por persona. Un café normal de 1,20€ se puede convertir en 2,20€ por darte el lujo de sentarte. Otro consejo en el caso del café o del helado: pedirlo para llevar.
Por
último, Italia es un país en el que te cobran por todo y de los más turísticos.
Si a esto le sumas que Florencia es una ciudad pequeña y muy famosa (como Roma), el resultado es: siempre estarás rodeado de gente. Y, sin embargo,
algo que me sorprendió gratamente, es que entre turistas te respetas para
sacarte fotos. Es decir, si tú estás plantado esperando a que salte el flash, ningún
gracioso se pone delante, se pone al lado, te estorba, te empuja… Se cuidan mucho
de no pasar por el medio, se paran; o de esperar el turno para ocupar el sitio
que tu dejes; o no te meten prisas, y cosas del estilo. Lo cual, viviendo en un mundo en el que la moda es mirar para nuestro ombligo, fue algo que no me esperaba.
Y con esto finalizo por hoy. La próxima más y quizá mejor
Saludos
Y con esto finalizo por hoy. La próxima más y quizá mejor
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